lunes, 3 de mayo de 2010






5ª ETAPA: LEON-RABANAL DEL CAMINO
Ya recuperados del estropicio nos levantamos con las fuerzas renovadas y nos despedimos de los dos amigos de Vitoria, puesto que aquí termina su camino por motivos personales, no pasa nada, nos volveremos a encontrar algún día.

Salimos las chicas y yo de Leon, tengo que deciros que la salida de Leon es lo más feo y peligroso de todo el camino, mucho coche, sales de la ciudad por polígonos... muy feo y además lloviendo, como no.... Llegamos a Hospital de Orbigo, un pueblo super chulo con un puente de piedra larguísimo que cuenta la leyenda que fue donde un caballero derrotó a 300 soldados con sus lanzas uno a uno, resulta que todos los años en junio celebran las fiestas del pueblo y todo el mundo se viste de caballeros medievales y rememoran esa batalla.. habrá que ir en el mes de junio. El albergue de este pueblo es guapísimo y está decorado con cuadros que envían los peregrinos que han pasado por allí e incluso puedes pintarlos en un caballete que ponen a tu disposición, muy curioso.

Ya llegando a Astorga nos encontramos con cientos de niños por el camino, es una excursión del cole y vamos adelantando a todos los chavales que flipadísimos viendo a los ciclistas empapados nos reciben con mucho ánimo y mucho cariño. Al llegar a Astorga Patri rompe la cadena así que paramos a arreglarla y de paso comemos con David. Sigue lloviendo, de momento no he tenido ni un rato de sol en todo el viaje.. pero todo llegará. Tiramos millas hasta Rabanal, todo en subida y después de comer se hace un poco pesado pero vamos a buen ritmo y disfrutando del paisaje y de la lluvia. Paramos en un pueblo que se llama el Ganso y decidimos que el nombre del pueblo se lo han puesto en honor a un paisano que tiene un bar allí y parece un poco payasete, se emociona al ver a mis dos compañeras de viaje y tenemos que vacilarle un poco para que no se nos suba a las barbas... más risas. Deciros que estas dos chicas son de lo mejor que he conocido en el Camino, guapísimas, encantadoras, super simpáticas y unas máquinas de pedalear.. joe, me costaba un huevo seguirles el ritmo, habían corrido no se cuántas maratones...

Y con la tontería llegamos a Rabanal del Camino, albergue del Pilar, un sitio estupendo, la hospitalera majísima se llama Isabel y la mujer hiperactiva se desvive por todos los peregrinos/bicigrinos que dormimos allí. Un gran recuerdo. Así como el cocido maragato que nos zampamos con David que se queda a dormir con nosotros. Alli también conocemos a unos ciclistas de Valencia y otro de Mallorca con los que coincidiremos más adelante. Conversación sobre lo humano y lo divino antes de irnos a la cama y a dormir que el día ya no da para más.

Un detalle que se me olvidaba, al llegar al albergue Isabel nos pregunta que tal estamos y si nos duele algo y yo le digo que tengo un dolor en el cuello de la postura de la bici y, de repente me presenta a un señor de unos 80 años, alemán, que se llama wolf (lobo) y me dice que tiene una especie de poderes. Me siento y el tipo me pone las manos sobre los hombros cosa de un minuto, no os lo creeréis pero al cabo de un minuto desaparece el dolor. Increíble. Al día siguiente llegaban los de Aquarius a grabar un spot publicitario que imagino que se verá dentro de poco en la tele.

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