




10ª ETAPA: PEDROUZA-SANTIAGO
En fin, como dicen por ahí: todo lo bueno se acaba y esta experiencia no iba a ser menos aunque al amigo Juanono y a mi nos quedaba todavía un día lleno de emociones...
Antes de llegar a Santiago nos quedaban aun 20kms, creerme si os digo que se me hicieron muy largos. Lo primero porque el pedal izquierdo de mi niña estaba a punto de decir basta, la bici no me había dado ningún problema hasta ese día (exceptuando los dos pinchazos) pero ya me quedaba tan poco que me daba igual.. iba a llegar a la catedral aunque fuera empujando la bici.
Llegamos al Monte do Gozo y hacemos una parada estratégica para ver ya de cerca las torres de la catedral... bff, no se explicaros muy bien lo que sentía en ese momento. Santiago está a 4 kms y después de tantos buenos momentos, tanto sufrimiento, tanta lluvia, barro... etc. No sabía muy bien como asimilar tantas sensaciones.
Es una mezcla entre alegría y tristeza.
Me explico: la alegría de conseguir una meta que me había propuesto mucho tiempo atrás, que por momentos no tenía muy claro si la iba a poder realizar, pero que ya estaba tocando con la punta de los dedos... me volvieron a revolotear las mariposas del estómago que notaba al empezar este viaje. Aunque ahora la sensación era distinta, era más bien un sentimiento de paz interior, de estar a gusto conmigo mismo, de haberme superado a mi mismo, de saber que al final en esta vida puedes conseguir lo que te propongas y si además pones un poco de tu parte queda como un experiencia muy enriquecedora a nivel personal y deportivo. Me venían a la cabeza todos lo buenos momentos, toda la gente que he conocido, todas las conversaciones trascendentales mantenidas con gente de todo el mundo a lo largo de estos días... en fin, un cúmulo de cosas que estaba intentando ordenar en mi cabeza.
La tristeza es en parte porque se acaba el Camino, y por otra parte porque me hubiera gustado seguir otros diez días más. Pero la tristeza pasa rápido.
Llegada a Santiago, justo la pasar el puente de entrada a la ciudad mi compañero de aventuras de estos últimos días decide que todavía no es el momento de llegar y no se le ocurre otra cosa que pinchar la rueda delantera (sin cámara de repuesto) y darse un pequeño piñazo que nos hace a los dos mirarnos con cara de incredulidad y pocos segundos después empezar a partirnos de risa... sin comentarios.
Tras ir empujando la bici un par de kilómetros, llegamos a una tienda donde solucionamos el problema y tiramos hacia la catedral. No nos queda nada para llegar a nuestra meta, los sentimientos se agolpan en nuestras cabezas y decidimos parar a tomar algo justo 100m antes de llegar. Risas, nervios, una caña y una tapita de pulpo nos dejan perfectos para nuestra llegada. Antes de bajar las últimas escaleras comienza a sonar una gaita que parece que nos recibe y es como el final de una buena película. Entramos sonrientes en la Plaza del Obradoiro, risas, abrazos, fotos y emociones muy fuertes... Es un momento difícil de explicar.
Solo se que ya lo he conseguido, ya he llegado. Por fin!!!! Nos tiramos en la plaza apoyados en nuestras bicis y me encuentro a unas guiris que no paran de hacernos fotos... jejejje.. Juanono y yo como estrellas de rock.. me parto.
Empezaba esta crónica diciendo que no he sabido realmente cuales eran los motivos que me llevaron a realizar esta aventura. Ahora ya lo voy intuyendo, aunque creo que en cuanto pueda volveré a repetir a ver si a la siguiente por fin acabo de saberlos. Y si en el siguiente camino aun no lo sé, volveré a repetir.... la vida al fin y al cabo es esto. Disfruta haciendo lo que más te gusta... el resto viene solo.